Ahí va mi crítica: Las zonas oscuras recuperadas te han quedado perfectas, pero has subido por igual la exposición, y las partes más iluminadas te han quedado sobrexpuestas. El halo de luz que hay a los pies del caminante, y el de su propia espalda, han quedado demasiado iluminados. De todas formas, si la historia estaba en resaltar el stand lo has logrado de maravilla. Un abrazo. ¿Qué tal Hugo? ¿Todo bien?
Hola. Gracias por los comentarios. El tema de los ajustes de esa foto es el siguiente; justo después de subir la foto retocada se me ocurrió buscar la original y subirla también para comparar las dos. El caso es que fue entonces cuando descubrí que había estado trabajando sobre una imagen que no era la original, sino una copia que por lo visto manipulé un día de esos que te aburres en el trabajo. Quiero decir que partí de una imagen que ya estaba sobreexpuesta y más o menos retocada. Supongo que si ayer hubiera retocado la original, mantendría la información en las altas luces, aunque para ser sincero, si ya perdí esa información cuando retoqué por primera vez la imagen, no sé si ahora hubiera sido distinto. En fin, estaré más atento a los detalles la próxima vez. Lo que pretendo con los retoques suele ser simplemente que la imagen resultante sea agradable. Me gusta retocar las fotos porque si solo se tratara de disparar con la cámara y conseguir sin más la foto perfecta, acabaría pronto aburriéndome. Con los retoques puedes dar vida de distintas formas a una imagen. Es como si las revelaras; alargas el proceso y te entretienes durante un tiempo mayor que el que supone pulsar el botón de la cámara. En cuanto a Hugo... Pues el pobrecito hace lo que quiere y nosotros vamos como locos detrás de él. Te pongo un ejemplo; Si él decide que esta noche no duerme, nosotros tampoco. ¿Qué más le da que yo haya necesitado 40 años para acostumbrarme a dormir mis 7 horas seguidas? Hugo, en un solo mes, ya ha conseguido convertirse en el director de orquesta de mi casa. Nosotros somos su comparsa y bailamos al son de sus lloriqueos. Por lo demás, bien, gracias.
Feliz verano y que pase pronto la crisis. Fernando
Ahí va mi crítica:
ResponderEliminarLas zonas oscuras recuperadas te han quedado perfectas, pero has subido por igual la exposición, y las partes más iluminadas te han quedado sobrexpuestas. El halo de luz que hay a los pies del caminante, y el de su propia espalda, han quedado demasiado iluminados. De todas formas, si la historia estaba en resaltar el stand lo has logrado de maravilla.
Un abrazo.
¿Qué tal Hugo? ¿Todo bien?
Hola.
ResponderEliminarGracias por los comentarios.
El tema de los ajustes de esa foto es el siguiente; justo después de subir la foto retocada se me ocurrió buscar la original y subirla también para comparar las dos. El caso es que fue entonces cuando descubrí que había estado trabajando sobre una imagen que no era la original, sino una copia que por lo visto manipulé un día de esos que te aburres en el trabajo. Quiero decir que partí de una imagen que ya estaba sobreexpuesta y más o menos retocada.
Supongo que si ayer hubiera retocado la original, mantendría la información en las altas luces, aunque para ser sincero, si ya perdí esa información cuando retoqué por primera vez la imagen, no sé si ahora hubiera sido distinto. En fin, estaré más atento a los detalles la próxima vez.
Lo que pretendo con los retoques suele ser simplemente que la imagen resultante sea agradable. Me gusta retocar las fotos porque si solo se tratara de disparar con la cámara y conseguir sin más la foto perfecta, acabaría pronto aburriéndome. Con los retoques puedes dar vida de distintas formas a una imagen. Es como si las revelaras; alargas el proceso y te entretienes durante un tiempo mayor que el que supone pulsar el botón de la cámara.
En cuanto a Hugo... Pues el pobrecito hace lo que quiere y nosotros vamos como locos detrás de él. Te pongo un ejemplo; Si él decide que esta noche no duerme, nosotros tampoco. ¿Qué más le da que yo haya necesitado 40 años para acostumbrarme a dormir mis 7 horas seguidas? Hugo, en un solo mes, ya ha conseguido convertirse en el director de orquesta de mi casa. Nosotros somos su comparsa y bailamos al son de sus lloriqueos.
Por lo demás, bien, gracias.
Feliz verano y que pase pronto la crisis.
Fernando